Hoy en día vivimos en la era de las Nuevas Tecnologías y, por tanto, lo hacemos entorno a una plataforma llamada Internet. Como todo, estas herramientas tienen su parte positiva y negativa.

Para comenzar, nos situaremos en dos periodos temporales importantes: el primero abarca a las personas que ha tenido o tienen que aprender a utilizar Internet, redes sociales y todo lo que rodea a esta nuevas herramientas tecnológicas; y, el segundo grupo lo componen las personas que han nacido en esta época y llevan innato este aprendizaje.

Así pues, el primer grupo suelen ser personas que no manejan bien las redes, no las entienden o no les interesa, en definitiva les parece un pasatiempo (mejor o peor gestionado). El segundo grupo, en cambio, vive por y para ellas, hasta tal punto que publican sus vidas y exponen de manera irracional la vida de los demás, en ocasiones sin permiso alguno, ya que se da por hecho que está bien hacerlo.

La cuestión de todo esto es que cada uno es libre de hacer con su vida lo que le parezca más oportuno, pero debemos de tener en cuenta que cuando nos convertimos en padres, somos responsables de la vida de nuestros hijos y de cómo serán en el futuro.

Por tanto, no queremos entrar en debatir si deben aparecer menores en redes sociales o si puedes publicar una foto en tu muro, ya que debe hacerse siempre que se haga con responsabilidad, con la correcta educación tanto para ti como padre o madre, como para tus hijos.

Vamos a repasar cómo se suele actuar hoy en día: primero, das la noticia de tu embarazo o paternidad, ‘’ecografía en Facebook’’, te haces fotos con la barriguita y publicas como se va desarrollando y creciendo, cuentas las semanas de gestación, etc. Cuando te das cuenta, han pasado 9 meses en los que has ido contando todo el embarazo y exponiendo cómo cambia tu cuerpo a personas que incluso no conoces. Llega el momento del parto, papá graba, no vive el momento porque está pendiente de que todo sea documentado correctamente, tú le pides una foto con el bebé, para que la familia vea que todo ha salido bien, pero a las pocas horas esa foto está colgada en las redes. Tú apareces deformada, el bebé rojizo y el papá contento. ¿Dónde está la privacidad de un momento tan especial como dar a luz a un hijo o hija?

Seguimos con la foto del primer mes, del segundo, papá acunándolo, mamá bañándolo, con la ropita nueva, etc. ¿Alguien ha pensado, que tu hijo o hija no querrá que personas que no lo conocen de nada le vean en situaciones íntimas? ¿Alguien se ha dado cuenta, que hoy en día no tenemos privacidad? ¿Alguien ha pensado que si nosotros no tenemos límites para mostrar nuestras vidas, nuestros hijos tampoco los tendrán?

Creemos que las redes sociales nos aportan muchas cosas buenas, pero se necesita educación y formación sobre ellas, la cual no nos la están proporcionando. Hoy en día en este aspecto, aprendemos por imitación. La inmadurez junto al analfabetismo sobre las redes sociales hacen que cometamos errores garrafales con nuestros niños. Estamos enseñando a no disfrutar del momento por sacar una foto, a no mancharse jugando porque tiene que posar para la foto, a repetir una y otra vez las cosas para que la foto salga bonita, y ¿con qué fin hacemos todo esto? ¿Para tener muchos likes? ¿Para imitar a los youtubers e influencers? Para tener una imagen sociodigital activa, que alimenta una falsa autoestima y un autoconcepto erróneo de nosotros mismos, de nuestra familia y de nuestros hijos.

Para concluir este post, nos gustaría que nuestros lectores supieran que lo importante de nuestros actos es la racionalidad con la que se cometen, en ocasiones acertaremos y en otras cometeremos errores, pero es necesario pensar antes de actuar y no dejarnos llevar por lo que la sociedad cree que está bien, que es variable en el tiempo, teniendo repercusiones en el futuro a corto y largo plazo.

Desde Gabinete Psicopedagógico “Rocío Rosso” ayudamos a tomar conciencia de la realidad virtual en la estamos inmersos, de sus consecuencias y de las dudas que tienen los padres y madres que asisten a nuestra consulta y a nuestros talleres.